Donde digo lo que quiero, como quiero y porque quiero

De mis inseguridades

Hace no muchos días me he sentido intimidada por un fantasma. Y me refiero a fantasma porque es una persona no tangible la que me hace sentir así.

No pudes luchar contra tu imperfección me dijeron por ahí, yo más bien digo que me cuesta luchar contra la perfección de los demás.

Desde que nació Emilia he tenido dos parejas. El primero se movía entre gente interesante y mujeres bastante feas así que sabiendo que quería una mujer bonita me decía a mí misma que hasta que no saliera una más bonita que yo no me preocuparía.

Con el galán, a sabiendas de que las niñas lindas y buenas lo seguían, me defendía diciendo que hasta que no apareciera una más interesante que yo, entonces podría estar tranquila. Y chingas, aparece ella.

Y no que quiera algo específicamente con ella, sino que a uno se le abren los ojos de que puede haber mil quinientas noventa y siete mujeres más interesantes. Y sé, sé que las hay. Pero ¡Dios! por qué el afán de ella de parecer perfecta.

¿Que yo la veo así? Tal vez, pero es la imagen que ella quiere proyectar. Porque... ¡hey! parte de ser humanos consiste en prejuzgar, en odiar, en envidiar; pero ella ni prejuzga ni odia ni envidia. Y me dijeron alguna vez: "tienes pedos con tu imperfección" Pero la neta no, tengo pedos con la perfección de los demás.

Creo que lo que más me preocupa o me consterna o whatever es que el se creyera ciertas cosas que ella escribe y me da por pensar "¡hey! abre los ojos, no ves que son puras pinches pendejadas?"

Y viene el conflicto. ¿Cómo pedirle que termine algo que parece ser tan importante para él? Y entonces él me lo ofrece. Y se me hace tan injusto, pero a la vez tan necesario. Y son mis pinches pedos mentales. Y son mis pinches inseguridades. Y son mis propios demonios.

¿Por qué entonces responsabilizar a alguien más por mis estupideces? ¿por qué usarla como chivo expiatorio?

Me cae el veinte y pienso: "Va, quiero conocerla, quiero ver si quizá, hasta podamos ser amigas" y se lo externo y me responde tan estoicamente, tan "no estoy dispuesta" tan "no te lo voy a permitir" e insisto y ya no obtengo respuesta.

¿Pudiera culparla ahora? No, yo fui quien cuestionó en alguna ocasión la calidad de su vida sexual en su blog (jiji), pero ¡Dios! ¿Cómo diablos un juguete sexual puede provocarte un orgasmo tan intenso como una persona real? Y no soy mocha ni mojigata ni cerrada ni mucho menos. Creo más bien que su éxito se basaba en que hablaba de sexo cuando mucha gente no hablamos de ello en nuestro blog y hay quien todavía se fascina al escuchar o leer la palabra "sexo", simón, sigue siendo un tabú.

Una vez leí un escrito de ella y mientras leía me remonté a la película "Good Will Hunting" (Mente indomable), era una copia del diálogo o monólogo más bien, que Robin Williams le suelta a Matt Damon en el lago, donde le dice que él (Matt) podría hablarle de la Capilla Sixtina después de haber leído algún libro, pero que jamás podría describirle a qué olía. ¿Me explico? Bueno, equis, en realidad no es tanto mi intensión que se me entienda sino más bien sacar esto que poca gente entiende.

Mi intensión para con ella fue redimirme, disculparle, decirle que estaba dispuesta a enmendar la situación, número uno, para perderle el miedo y darme cuenta que después de todo no es tan perfecta y además es buena onda y número dos, para poder dejar en paz a mi galán y pueda seguir su amistad con ella.

Mi plan A no funcionó así que me toca aprender a vivir con su existencia en mi mundo a mí solita. Y lo voy a hacer y lo voy a lograr. Pero no niego que me encantaría aclarar con ella todas las incongruencias que le encuentro... quien quite y hasta terminaríamos siendo buenas amigas, jaja. Creo firmemente que una parte de ser amigos es decirle uno al otro "Güey, no seas mamón, así no pasaron las cosas" o "güey, no seas pendejo, la estás cagando" No es sólo estar ahí cuando uno caiga sino también que se nos ayude a no caer.

Por lo pronto el galán se está portando por demás genial, me está dando algo que yo jamás pude darle.

Yo insisto en que espero que algún día ellos puedan continuar con su amistad.